Gustavo Pérez PSICOLOGO

Soy un profesional flexible y sensato. Me siento cómodo con la complejidad y la incertidumbre, y en contacto con mi propia humanidad y emocionalidad.
Respeto los distintos ritmos, no juzgo lo que traigas a terapia, y la esperanza que transmito es con fundamento.
Me gusta mi trabajo (aunque es duro/difícil a veces) y soy ante todo honesto y comprometido con ofrecer lo mejor que sé.

A veces se acude al psicólogo con una etiqueta diagnóstica que al final es confusa y/o errónea (por esto no listo trastornos con síntomas, y desaconsejo el autodiagnóstico en internet). Yo relativizo mucho los diagnósticos estándar: busco siempre comprender qué sucede a varios niveles, y el cómo y por qué generar cambio.
No uso tests (es decir: prefiero escuchar que medir).

La psicoterapia no es un proceso estándar ni mecánico, así que tú eliges; confío en que cada un@ es capaz de decidir por sí mism@. Cada persona, cada proceso, cada momento son distintos: como no hay certezas, prefiero que tú tengas la última palabra (doy mi parecer, pero me adapto en lo posible). No obstante, un ritmo habitual para muchos es el quincenal; hay quien viene 3 sesiones y quien viene 10.

Mi especialidad clínica son los trastornos de ansiedad, depresivos, y de personalidad, pero muchos de los que me consultan buscan ayuda para procesos de desarrollo personal o relacional. Siempre intento trabajar en el aquí y ahora, no juzgar, y buscar la manera de ayudar que más se adapte a cada persona; busco soluciones y facilitar el cambio. La confidencialidad es absoluta. Hago terapia individual con adultos (no menores ni familias).

Ni unos ni otras: prefiero que nos sentemos en sillones cómodos, cara a cara, sin barreras en medio; es más auténtico y personal, y permite que la relación terapéutica, que es la clave más importante, pueda fluir con más realidad y más conciencia...

Valoro mucho la puntualidad y el compromiso.

Tristemente, los recortes y ciertas mentalidades obsoletas han hecho muy difícil trabajar en concidiones adecuadas en la pública (yo trabajé en hospitales durante 7 años). No trabajo con seguros porque sus condiciones (autorizaciones previas de psiquiatra, tiempo predefinido) lo convierten en un sinsentido. Eso sí, mantengo unas tarifas razonables y adapto el ritmo a las particularidades de cada uno.